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12 El hombre respondió:

— La mujer que me diste por compañera me ofreció de ese fruto y yo lo probé.

13 Entonces Dios, el Señor, preguntó a la mujer:

— ¿Por qué hiciste eso?

Ella respondió:

— La serpiente me engañó y comí.

14 Entonces Dios, el Señor, dijo a la serpiente:

— Por haber hecho esto,
maldita serás entre todos los animales,
tanto domésticos como salvajes.
De ahora en adelante te arrastrarás sobre tu vientre
y comerás polvo toda tu vida.

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